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Historia del Cacao | Alianza Cacao El Salvador

El cacao y su importancia histórica

El cultivo del cacao fue muy valioso para las civilizaciones precolombinas, existe evidencia arqueológica y antropológica, en donde se ha documentado la relación de esta planta ancestral con los humanos de Mesoamérica desde hace aproximadamente unos 4 mil años. Las piezas de jade, las plumas de quetzal, las conchas de Spondylus y los frutos del cacao como primera moneda de la región y sus usos ceremonial, medicinal y gastronómico siendo los productos más valiosos del mundo prehispánico. En El Salvador, hace cientos de años naturalmente en sus costas occidentales y valles centrales se encontraban plantas de cacao las cuales con el paso del tiempo fueron reemplazadas por añil, café, maguey, algodón, caña de azúcar, ganadería y granos básicos; disminuyendo el suministro de material genético de cacao en el país y con esto el conocimiento de producir y la capacidad técnica en la producción de cacao de agradable sabor y exquisito aroma.

El cacao o cacaotero es una planta de climas tropicales originario de América. El cacaotero es un árbol que necesita de humedad y de calor. Es de hoja perenne y siempre se encuentra en floración. El árbol de cacao puede llegar a crecer entre los 6 y 10 m de altura.

En El Salvador, el cacao se cultivaba desde el periodo precolombino. Los indígenas del territorio lo conocían muy bien, no solo era utilizado para fines gastronómicos, también tenía usos como medio de cambio y constituía un símbolo religioso muy respetado. La calidad genética del cacao cultivado por los indígenas en El Salvador es llamado criollo, el cual es considerado la variedad de mejor calidad.

Las plantaciones del cacao se extendían a lo largo del territorio salvadoreño hasta la llegada de los españoles. Con la conquista, las plantaciones de este cultivo se focalizaron en las zonas de Sonsonate e Izalco. Sin embargo, a finales del siglo XVII la producción comenzó a disminuir por conflictos políticos, epidemias que redujeron la población indígena y la creciente competencia de grandes productores en América, como Venezuela y Ecuador.

Gradualmente, el cacao fue reemplazado por el café, el algodón y la caña de azúcar y con esto el conocimiento de producción y la capacidad técnica en el cultivo de este. Para el 2014, la producción y comercialización del cacao en El Salvador no había alcanzado el auge productivo que se tenía en el periodo precolombino, ya que, básicamente, la producción de cacao se habría reducido a una forma doméstica, estrictamente limitada y sin plantaciones comerciales registradas. (o con fines de industrializar el cultivo)

En el panorama mundial el cacao se ha propagado en distintas partes del mundo por su uso como materia prima para la industria de los chocolates, la cual tiene gran demanda internacional. En la actualidad, el principal productor de cacao ha sido el continente africano, quien genera el entre el 55% hasta el 70% de la producción mundial de cacao común. Siendo Costa de Marfil y Ghana los principales productores. Sin embargo la demanda de cacao sigue creciendo por la afluencia de nuevos consumidores de países emergentes que enfocan su modelo de negocio bajo la metodología de transformación “Bean to Bar” o “Tree to Bar”.

El cacao, cultivado a escala nacional tiene el potencial de mejorar condiciones para el desarrollo y restauración de la biodiversidad del país, recuperar ecosistemas degradados, mejorar la calidad de los recursos de suelo y agua, fomentar el potencial de adaptación frente a fenómenos meteorológicos extremos, actuales y futuros (cambio climático) y mantener servicios ecosistémicos claves necesarios para mejorar medios de vida de las comunidades locales.El cacao implementado con diversos sistemas agroforestales aumentará y restaurará áreas con significancia y calidad biológica (nichos ecológicos para especies que por años han estado en peligro de extinción por la reducción y/o fragmentación de hábitats) a nivel de ecosistemas, cuencas y paisajes (prácticas agroecológicas).

Se estima que para el 2030 el déficit de chocolate alcanzaría los 2 millones de toneladas métricas. El creciente consumo de cacao presenta una oportunidad de posicionar nuevamente a El Salvador en el mercado mundial como origen de cacaos finos.